sábado, 25 de octubre de 2014

Como Bastian, mi camino tiene piedras

Como Bastian, mi camino tiene piedras, tiene espinas y tiene oasis. Algunos son engañosos, otros no. A veces, aparece la Hechicera, queriendo negociar deseos a cambio de recuerdos. La otra noche volvió a aparecer. La hechicera no es mala, no tiene malas intenciones. Tan sólo me muestra otros caminos, otras formas de vida, otros mundos. Me muestra opciones. Pero para aceptarlas, tengo que dejar la misión de la Emperatriz. Me siento tentada, muy tentada. pero aún no puedo olvidar que Fantasía era mi mundo, mi felicidad, y no puedo soportar sentir que la nada se la traga. Peor aún, si me desvío del camino, siento que empujo a Fantasía hacia su destrucción total y absoluta.

¿Qué pasaría entonces con la Emperatriz Infantil? Ella es fuerte y poderosa, puede encontrar otros mundos. Pero, ¿y si luego añora Fantasía? Ella me pidió que no me dejara la vida en el intento. Me recomendó otros mundos incluso. Sin embargo, siento que aún tengo la responsabilidad de seguir con la misión.

Tal vez llevo demasiado tiempo empleado en perseguir quimeras. Quizás debiera dejarme guiar por la Hechicera. Tal vez lo mejor sería romperme la cabeza con tra el suelo y provocarme una amnesia que me haga olvidar Fantasía, la Emperatriz, la Hechicera, los dragones de la suerte...y así empezar de cero, con la ingenuidad de no saber ni conocer.

Hoy es uno de esos días en los que me gustaría que mi corazón no latiera. No para dejar de existir, sino para dejar de sentir. Así quizás dejaría de pensar. Y, tal vez, también de sangrar.

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