domingo, 25 de enero de 2015

Cocinas terrassa

Pensé en ti. Pensé que si pudieras entrar en mi blog te hubiera gustado leer algo así, gracioso, risueño, como soy yo. Y por eso lo escribí. Por ti. Quizás si me hubiera dejado llevar por mis impulsos, hubiera escrito algo relativo al fatídico momento que supuso mezclar mi síndrome premenstrual con abrir la puerta de casa y ver que ya no estabas. Pero pensé en ti. Pensé que más que eso, te gustaría saber que me esfuerzo por ser una alumna aplicada y aprender las lecciones de alegría y felicidad que me explicas en tus clases de la vida, porque quiero sacar matrícula de honor para no decepcionarte nunca. Pensé que sólo hay una cosa que pueda compensar toda la confianza que tratas de transmitirme: va-lo-rar-la.

ULTRA SÚPER NOVEDAD. MUY FUERTE, O SEA, VAIS A Cocinas terrassa

No lo iba a contar, pero yo no sé tener la boca cerrada (que cada uno lo interprete como quiera :p)

-Laura, ¡ven un momento!
Y voy a la habitación de mi padre. Y veo, en la pantalla de su portátil, MI BLOG.
-Creo que he encontrado una aguja en un pajar... puede ser que... ¿¿¿esto sea tuyo???

En fin, una que ya se va acostumbrando, contesta con naturalidad:
-Pos mira, sí. Dos años escribiendo ahí que llevo. ¿Qué te parece? ¡Yo me lo paso bomba! Supongo que lo habrás descubierto por casualidad...
-Claro, estaba buscando información sobre una exposición y Google me ha llevado a tu página, y al leerlo he pensado: ¡Cómo se parece la forma de escribir de esta chica a la de mi hija! Hasta que luego he dicho: ¡Coño, si es mi hija! Y he dejado de leer por si te molestaba...

Después de todo lo que me ha pasado, lo lógico sería pensar que no va a respetar mi intimidad, que va a seguir leyéndolo aunque yo le haya pedido expresamente que no lo haga, que se siente tan orgulloso que va a querer proclamar a los cuatro vientos que su hija escribe en Internet y para colmo, hay gente que se lo lee... pues por mi padre, aunque suene flower power, pondría la mano en el fuego.
NO ME PREGUNTÉIS POR QUÉ LO SÉ, pero lo sé, tengo la absoluta certeza de que jamás va a volver a entrar en este blog sin mi consentimiento, así que voy a seguir como si nada, lo comprobaréis vosotros mismos, o mejor dicho, lo habéis comprobado en este post. Sin censuras -más de las que tengo... -, sin dejar de contar cosas que no quiero que sepa. Porque como digo, no va a saberlo. Y es esta seguridad la que me hace ser consciente de que quizás el porcentaje que ocupa mi padre como padre se comparta cada vez más con el que va ocupando como amigo.